Coco Chanel

Habitación doble Coco Chanel
Femenina e Imponente
Situada en la primera planta. Cama King Size. Esta habitación presenta una decoración elegante con muebles de época, 
cama doble cuenta con zona de estar y conexión Wi-Fi gratuita.

WiFi gratuito

Para sus momentos de compartir fotos.
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Transporte Aeropuerto

No se preocupe por llegar a nuestro Riad:

- Transfer/trayecto (1-3 p.): 25€
- Transfer/trayecto (4-6 p.): 35€
- Transfer/trayecto (7-10 p.): 55€

Amenities Alta Cosmética

Les Sens de Marrakech 100% ingredientes naturales.

Aire Acondicionado

Frío o calor.

Bar

Tómese algo y disfrute.

Parking Público

A 200 metros en la Plaza Riad Laarouss.
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Splash Pool

Relájese después de un largo día de turismo.

Precios de la habitación

Alquiler Riad

Alquile el Riad completo, y disfrute de la privacidad y de la exclusividad.

Los precios incluyen desayuno e Iva. 

No incluyen Impuestos Locales 2,50€ por persona y noche.

desde 700€/noche
TA: 800€/noche

Tarifa Normal

HASTA 15% DESCUENTO RESERVANDO ONLINE

Los precios incluyen desayuno e Iva. 

No incluyen Impuestos Locales 2,50€ por persona y noche.

desde 120€/noche

Temporada Alta


Navidades
Semana Santa
Puentes




desde 140€/noche

Extras

Cava


20€

Flores


18€

Comida


25€/persona

Cena


30€/persona

Gabrielle Bonheur "Coco" Chanel (Saumur, Francia, 19 de agosto de 1883 - París, 10 de enero de 1971) fue una revolucionaria diseñadora de modas y creadora de perfumes francesa.

Situaciones muy dispares hicieron que su vida quedase marcada por la pobreza, el abandono, el amor, la genialidad y la fama.

Frases como “Todo lo que es moda pasa de moda”, o “Si llevas un traje vulgar todos mirarán el traje, mientras que si llevas un traje elegante todos te mirarán a ti”, dicen suficiente de Gabrielle Bonheur Chanel, nacida pobre en Saumur, en la Bretaña francesa, y acogida en el orfanato de sus tías en Aubazine, tras la muerte de su madre por tuberculosis.
Las tías Adrienne y Louise le enseñaron pronto a remendar pero ella aprendió a coser, y así se forjaron la vocación, la ambición (no quería ser modista sino “una gran modista”) y el apodo: ellas fueron las primeras en llamarla “Coco”.

Con el tiempo, esa ambición, que la sitúo en el podio mas alto de la costura mundial, tampoco fue suficiente. Siguió creciendo en su espíritu atormentado y megalómano, demasiado quizás, para un cuerpo tan menudo. Ni los sombreros, ni la ropa, ni los perfumes, ni ser una mujer rica en plena juventud. Ella quería llegar al corazón mismo del poder, y para conocer el poder necesitaba a los hombres. Primero Étienne Balsan, un distinguido oficial de la caballería ligera; después Arthur Boy Chapel, un apuesto jugador de polo inglés, de quien se enamoro perdidamente; más tarde el duque de Westminster, primo del zar; Igor Stravinsky; Dimitri de Rusia; Hans Gunther von Dincklage, un apuesto oficial de la Gestapo alemana (ella le llamaba “Spatz”, gorrión).
Su magnetismo la rodeó también de amigos importantes, sobre todo grandes artistas (Cocteau, Misia Sert, Balenciaga, Diaghilev...) Ella también lo fue, y a su talento, intuición y valentía le deben buena parte de su libertad las mujeres de hoy. Coco Chanel acabo con los zapatitos abotinados, los faldones que arrastraban, los sombreros llenos de frutas y plumas, los volantes, los rizos y, sobre todo… ¡Los corsés!

Desnudó a la mujer de perifollos y la puso en la oficina, en la universidad, en las canchas de tenis, disfrutando del mar y del sol en las playas. Mientras las mujeres del XIX desaparecían camino de los museos, las del XX se cortaban el pelo y salían a la calle con una sencilla falda recta y un suéter de punto, o una camisa, y un blazer. Aun faltaban unos años para que algunas, más voluptuosas, se vistieran sólo con unas gotas de su afamado perfume.
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