Dora Angela Duncan, conocida como Isadora Duncan (San Francisco, 27 de mayo de 1878 - Niza, 14 de septiembre de 1927) fue una bailarina estadounidense.
Obsesionada por la danza, alcanzó la perfección clásica y fue una constante innovadora; a los cinco años de edad anunció a su familia que sería bailarina y revolucionaria, y lo fue. Pudo ser pianista, pintora o poeta, pero en su danza juntó todo eso.
Enemiga del ballet, al que consideraba un género falso y absurdo, manifestó que la danza debe establecer una armonía calurosa entre los seres y la vida, y no ser tan sólo una diversión agradable y frívola. En sus memorias escribió que hay tres tipos de bailarines: primero, quienes consideran la danza como una especie de gimnasia compuesta de graciosos e impersonales arabescos.